lunes, 27 de junio de 2011

EXISTE UN SINNUMERO DE ESTRELLAS EN EL FIRMAMENTO

Existe un sinnúmero de estrellas en el firmamento que no pueden ser catalogadas en su totalidad. Sin embargo, solo aquellas que se encuentran dentro de la faja zodiacal nos interesan desde el punto de vista astrológico debido a su influencia sobre la tierra y sus habitantes. Esta faja zodiacal, que se extiende 9° a cada lado de la eclíptica (hacia arriba y hacia abajo), es una esfera imaginaria de 360° dividida en 12 partes iguales llamadas signos zodiacales.
El zodíaco no es una línea recta, sino una franja circular o eclíptica ¿cómo se puede entonces identificar un comienzo o un punto inicial? El Jyotisha lo establece basándose en las constelaciones fijas, específicamente en el grado cero de la constelación Ashwini (o Arietes de acuerdo a la denominación astronómica moderna) En cambio, la astrología occidental establece este punto a partir del equinoccio de primavera (en el hemisferio norte), el 21 de marzo. Esto sucede cuando el sol se mueve hacia el norte, encontrándose exactamente sobre el ecuador. En ese momento, el día y la noche tienen la misma duración en toda la Tierra.
Mil ochocientos años atrás, cuando dicho equinoccio de primavera coincidía con cero grados de Ashwini, los dos zodíacos —el sideral (védico) y el tropical (occidental) —eran idénticos. Sin embargo, debido al movimiento retrógrado de los puntos equinocciales (fenómeno conocido como la precesión de los equinoccios), se produce un retraso de 1° cada 72 años. Con el paso de los siglos esto ha marcado una diferencia de casi 24° entre el verdadero zodíaco—el sideral, basado en las constelaciones de las cuales los signos reciben sus cualidades y en algunos casos sus nombres—, y el zodíaco que actualmente utilizan los occidentales, el tropical. Debido a esta diferencia, el sol no se encuentra en el signo de Aries entre el 23 de marzo y el 22 de abril, como aparece en los horóscopos occidentales, sino entre el 14 de abril y el 13 de mayo. El mismo desfase de casi 24° existe en la posición del signo ascendente y de los demás planetas. Para calcular la carta natal de acuerdo al zodíaco sideral, si se utilizan efemérides occidentales, se debe realizar el cálculo de corrección conocido como ayanamsha (o corrección debida a la precesión de los equinoccios).
El término Ayanamsha proviene de dos palabras sánscritas. Ayana literalmente significa movimiento, y en este caso en particular se refiere al movimiento de precesión de los equinoccios. Ayana también puede tomarse como el movimiento del sol, y en ese sentido nos indica el momento cuando el sol llega al punto donde se forma el equinoccio de primavera. Es decir, ya sea que tomemos la palabra ayana como el movimiento de precesión de los equinoccios o como el movimiento del sol, en ambos casos nos indica lo mismo. El otro componente del término ayanamsha es amsha, que generalmente significa porción, pero que en de este contexto significa específicamente grado, lo cual es técnicamente una porción del círculo del zodíaco. Así pues, la corrección ayanamsha establece la diferencia entre la ubicación actual del equinoccio de primavera en relación el grado cero de la constelación de Ashwini, o Arietes; es decir, en relación con el comienzo de Aries, y por ende, en relación con todas las otras constelaciones.
En otras palabras, la corrección de ayanamsha se utiliza para ajustar la longitud constelacional de un punto o cuerpo celeste cuando su posición ha sido calculada según las efemérides occidentales. El Ayanamsha oficial que utiliza el gobierno de la India es el de Lahiri, de acuerdo al cual en el año 258 después de Cristo el comienzo de la constelación Ashwini coincidió con el equinoccio de primavera.
Un error que viene de los griegos
La astrología moderna occidental ha heredado el error griego de medir el zodíaco a partir del equinoccio de primavera. En el siglo III se tradujo y escribió mucha de la literatura en la que se basa la astrología actual, en esa época el equinoccio de primavera coincidía con el comienzo de la constelación Ashwini, o sea, con el inicio de Aries, lo que fue considerado como un factor permanente por los griegos.
Actualmente el equinoccio de primavera continúa ocurriendo en la tercera semana de marzo, como sucedía en los tiempos de los griegos, pero ya no ocurre cuando el sol está en la constelación de Aries, sino cuando está en el signo de Piscis, debido—como ya se dijo—a la precesión de los equinoccios. La idea popular de que nos encontramos en la era de Acuario también proviene de la misma fuente incorrecta; en realidad, faltan más de cuatro siglos para que ésta comience. Actualmente nos encontramos en la era de Piscis.
Es importante señalar que los signos zodiacales no tienen una existencia aparte de las constelaciones; éstos son espacios imaginarios que corresponden a un cierto grupo de estrellas. Entonces, los horóscopos que aparecen en los diarios y revistas occidentales no tienen ningún valor, debido a que toman únicamente la posición de sol como referencia, y ésta, en el 75% de los casos, es incorrecta, porque se calcula utilizando un zodíaco equivocado. En cambio, en “The Astrological Magazine”, que se publica mensualmente en Bangalore, y en otras publicaciones similares también de la India, aparece un horóscopo basado en la Luna, a partir del cual se pueden determinar los tránsitos planetarios, tal como veremos más adelante. En la India, la mayoría de la gente posee esta información y puede beneficiarse al leer un horóscopo real basando en los tránsitos planetarios a partir de la Luna.
El zodíaco sideral védico corresponde a fenómenos astronómicos visibles y comprobables En Desenmascarando, un libro científico publicado en Francia, el físico Georges Charpak y el profesor Henri Broch tratan de “desenmascarar” filosofías y creencias místicas, además de ciertos fenómenos paranormales como la levitación, el caminar sobre brasas, etc. Y con el propósito de demostrar la presunta falsedad de la astrología, ellos presentan el siguiente argumento: “De hecho, los signos zodiacales de nacimiento, tan comunes en las columnas astrológicas, ligados a las supuestas cualidades personales de aquellos que nacen bajo su influencia, están basados principalmente en posiciones astronómicas trazadas hace miles de años. El problema con esto es que el eje de rotación de la Tierra está en continuo cambio. El eje pivota tal como un trompo, completando una revolución cada 25.790 años, aproximadamente. Como resultado, los signos zodiacales en uso hoy en día por los astrólogos, no coinciden con las constelaciones”
Los autores concluyen entonces que, en la actualidad, la sociedad moderna se encuentra infectada por pensamientos poco científicos, y que ésta no es tan racional y científica después de todo. De esta manera, tratando de desprestigiar la astrología en general, Charpak y Broch utilizan un argumento que, como hemos visto, no es aplicable a la astrología védica, cuyo zodíaco reconoce y se ajusta al continuo cambio del eje de rotación de la Tierra que ellos mencionan en su libro.
Vemos, cuando se habla de astrología en este lado del mundo, solamente se considera la occidental o tropical y esto es, en gran parte, gracias a que los académicos modernos le han hecho creer al mundo que la verdadera civilización y cultura comenzó en Grecia. Es verdad entonces que la sociedad moderna no es tan racional ni científica, ya que, con excepción de unos pocos, desconoce el tesoro de conocimiento e información que se encuentra en los Vedas, y piensa que la civilización de la India antigua estaba basada en la superstición y el fanatismo religioso, sin bases filosóficas ni científicas.
Los astrónomos y estudiosos modernos que descubran la existencia del zodíaco sideral védico comenzarán a ver esta civilización y cultura con respeto y admiración; y posiblemente también querrán aprender de ella. Estamos seguros de que en un futuro no muy lejano, serán muy pocos los practicantes de astrología que no utilicen el zodíaco sideral védico. Esa es nuestra predicción.

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