sábado, 25 de junio de 2011


El Universo nos devuelve lo que nosotros le damos.

El sufrimiento del ser humano es uno de los misterios más difíciles con los que tiene que luchar. Pero nosotros mismos somos responsables de lo que nos trae la vida; todos estamos cosechando los resultados de nuestras propias acciones, las que llevamos a cabo en esta vida o en vidas pasadas. La palabra karma procede del verbo sánscrito kri, hacer. Aunque karma quiere decir acción, también comprende los resultados de la acción. Todos los actos que hemos ejecutado y todos los pensamientos que hemos tenido, han dejado una impresión en nuestras mentes y en el Universo que nos rodea. El Universo nos devuelve lo que nosotros le damos.


Impresiones Mentales

Siempre que ejecutamos una acción y siempre que desarrollamos un pensamiento, una impresión – una especie de huella sutil – se labra en la mente. Estas impresiones o marcas se conocen como samskaras. A veces somos conscientes del proceso de impresión y a veces no. Cuando las acciones son repetidas las marcas se hacen más profundas. La combinación de dichas huellas o samskaras forman nuestro carácter e influyen en nuestros pensamientos y acciones. Si, por ejemplo, somos propensos a enojarnos fácilmente, creamos una mente que estará predispuesta a reaccionar con ira más que con paciencia y comprensión. Cambiar un hábito mental establecido es literalmente una batalla terrible. Si nuestros pensamientos son predominantemente de amor, bondad y compasión, nuestro carácter lo refleja y estos mismos pensamientos regresarán a nosotros tarde o temprano. Si emitimos pensamientos de odio, ira, o mezquindad, esos pensamientos también nos volverán.

Nuestros pensamientos y acciones no son flechas, sino boomerangs que eventualmente retornan a quien los emitió. Los efectos del karma pueden volver instantáneamente, años después, o en una vida futura. Lo que es absolutamente cierto es que los efectos nos llegarán en un momento u otro. Hasta tanto no alcancemos la liberación, viviremos y moriremos en el imperio de la ley de karma, la cadena de causa y efecto.

¿Qué pasa cuando muere una persona y aún no ha alcanzado la liberación? Cuando muere una persona lo único que muere es el cuerpo físico. La mente que contiene las impresiones de esta persona continúa después de la muerte del cuerpo. Cuando la persona vuelve a encarnar, el nacimiento es de un nuevo cuerpo físico acompañado por las viejas impresiones o huellas de las vidas pasadas. Cuando el medio ambiente es apropiado estas samskaras brotan como semillas y surgen de nuevo. Este proceso no es eterno. Cuando alcanzamos la autorrealización, la ley de karma es transcendida, el Yo renuncia a su identificación con el cuerpo físico y la mente y recobra su libertad, perfección y dicha absoluta.


¿Karma = Fatalismo?

¿Acaso la ley de karma es una filosofía fría y fatalista? No, en lo más mínimo. Habilita y dota de poder al individuo y es también profundamente compasiva. En primer lugar, si nosotros mismos hemos creado a través de nuestras acciones y pensamientos la vida que hoy vivimos, esto quiere decir que tenemos el poder de crear la nueva vida que viviremos mañana.

Nos guste o no, no nos permite asignarle la culpa a nadie: cada acción y pensamiento construye nuestra experiencia futura. ¿Nos instiga la ley de Karma a ser indiferentes a nuestros semejantes por que, después de todo, están recibiendo lo que merecen? Absolutamente no. Si alguien está sufriendo a causa de su karma, nos está brindando la oportunidad de aliviar ese sufrimiento de acuerdo con nuestra capacidad. Haciéndolo obtendremos buen karma. Si escogemos no utilizar nuestro limitado poder aunque sea sólo para aliviar en algo el dolor de los que nos rodean, estaremos creando mal karma para nosotros mismos. De esta manera, realmente nos haremos daño.

Unidad es la ley del universo, y esa verdad es la raíz real de todos los actos de amor y compasión. El Atman, el verdadero YO es el mismo espíritu que mora en todos; no puede haber dos Atman. La conciencia no se puede dividir; es omnipresente y todo lo penetra. Mi Atman y tu Atman no son diferentes.



El B.G. relata el diálogo entre Krishna y Arjuna. Plasma la esencia del Karma Yoga.
Karma Yoga

Karma Yoga es el yoga de la acción o trabajo; específicamente, karma yoga es el sendero del trabajo con el máximo de consciencia y entrega, manteniendo al mismo tiempo una actitud interior de desapego con relación a los resultados. De esta forma el aspecto negativo del ego queda inactivo. Cuando el ego es desactivado, automáticamente se manifiesta un nivel de consciencia superior.

Como hemos mencionado anteriormente, karma es acción y el resultado de la acción. Lo que hoy experimentamos es el resultado de nuestro karma – bueno y malo – creado por nuestras previas acciones. Esta cadena de causa y efecto puede ser quebrada por karma yoga. Combatiendo fuego con fuego, utilizamos la espada de karma yoga para detener la rueda de causa y efecto.

En el Bhagavad Gita, uno de los textos hindúes más sagrados, se plasma perfectamente la esencia del Karma Yoga. No importa si somos de temperamento devocional, intelectual o meditativo, karma yoga se puede practicar fácilmente en combinación con otros senderos espirituales. Aún aquellos que viven una vida predominantemente meditativa se pueden beneficiar practicando karma yoga, ya que los pensamientos, como las acciones físicas también pueden crear ligaduras.

Por medio de la continua insistencia en que nuestra vida puede ser sagrada, el Tantra nos enseña que las herramientas necesarias para la auto transformación están en la vida diaria; cada uno de nosotros puede convertir su acción cotidiana en adoración a su Ideal y así convertir su vida en algo sagrado.
Yasya sarve samarambhah kama-sankalpa-varjitah |
jñanagni-dagdha-karmanam tam ahuh panditam budhah ||

Los que saben llaman sabio a aquél cuyas iniciativas están siempre libres de deseos y propósitos,
y cuyas acciones han sido quemadas por el fuego del Conocimiento.
B.G. IV-19

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