INSTITUTO DE ASTROLOGIA VEDICA VSA. BELIA VILLAFAÑE (PARAMESHVARI)
sábado, 1 de octubre de 2016
DESARROLLO DEL NIÑO
Piaget desarrolló una teoría extraordinariamente completa que explica el desarrollo cognoscitivo de los niños basada en cuatro etapas: sensoriomotora, preoperacional, de las operaciones concretas (u operacional concreta) y de las operaciones formales (u operación formal). Piaget sostenía que todos atravesábamos estas etapas en ese orden y estableció un rango de edad para cada etapa aunque el tiempo de una persona a otra puede variar.
El desarrollo por etapas de Piaget es un tema que aún se debate. Por un lado algunos psicólogos consideran la teoría cognoscitiva de Piaget algo rígida en ciertos aspectos, pero psicólogos piagetanos han intentado demostrar la veracidad de esta teoría incluso a partir de estudios neurológicos avanzados.
Piaget explica que a temprana edad, desde el nacimiento hasta los dos años aproximadamente, el pensamiento del niño se asocia con funciones básicas como escuchar, ver, mover, tocar, etc. Esta es la primera etapa conocida como sensoriomotora.
En esta etapa el niño es capaz de desarrollar el sentido de la perdurabilidad de los objetos. Comprende que el juguete que se le ha apartado de su vista existe más allá de que él no lo pueda ver. Pero la conquista principal en este lapso consiste en el hecho de que el niño desarrolla esquemas de acción a partir de un ejercicio de ensayo y error. En un principio solo puede mover, tocar o sujetar, pero en cierto momento el niño es capaz de dirigir conscientemente su mano con el objetivo de alcanzar un juguete. Aunque el niño en esta fase es incluso capaz de revertir sus acciones –colocar el juguete en el lugar donde inicialmente se encontraba–, imaginar la reversión de las acciones lleva mucho tiempo más.
En la segunda etapa de desarrollo, aproximadamente de los dos a los siete años, los niños son capaces de interiorizar su pensamiento, es decir, realizar acciones en forma mental más que física. Durante esta etapa, conocida como preoperacional, el niño es capaz de llevarse un vaso a la boca o un peine al cabello; este hecho demuestra que ha comprendido las funciones de un objeto determinado.
Piaget explica que en esta fase el niño comienza a pensar antes de actuar, esto se debe a que empieza a desarrollar esquemas basados en símbolos; con la imagen de un triciclo o con la palabra “triciclo”, el niño es capaz de imaginar un triciclo real.
Esta habilidad de operar con esquemas simbólicos adquiere sus consecuencias más importantes en el lenguaje. De hecho en esta fase los niños aumentan su vocabulario de 200 a unas 2000 palabras, y con ello su capacidad para estructurar mejor sus expresiones. La socialización de los niños juega un papel central en los cambios operados en el aprendizaje de los niños preoperacionales; es justo en esta etapa cuando los niños comienzan a asistir a la escuela y a relacionarse con otros niños. Sin esta socialización tal desarrollo en el aprendizaje sería imposible. Pero aunque la etapa preoperacional representa un salto importante, los niños en esta fase aún son incapaces de pensar de manera abstracta.
La tercera etapa descrita por Piaget es la de las operaciones concretas, que abarca desde los siete a los once años. Aquí se desarrolla un pensamiento más activo en los niños. La conquista principal en esta fase consiste en que los niños comprenden la ley de la conservación de la materia. Son capaces de entender que los elementos pueden ser cambiados o transformados y aún así conservan muchos de sus rasgos originales; los niños también comprenden que estos cambios pueden ser revertidos. De esta manera un niño comprende que dos recipientes con formas distintas –uno delgado y lago y otro ancho y corto– pueden contener la misma cantidad de agua, o que el sol y la luna no son realmente del tamaño de una moneda. En la fase de las operaciones concretas los niños manejan las operaciones como la de identidad, clasificación, seriación, reversibilidad y compensación, sin embargo aun aquí no son capaces de razonar sobre problemas hipotéticos y abstractos que impliquen la coordinación de muchos hechos a la vez.
En la última etapa, llamada de las operaciones formales, que va desde los 11 años en adelante, las personas son capaces de pensar hipotéticamente y plantear distintos escenarios; su capacidad de abstracción se desarrolla de manera considerable. En esta etapa el pensamiento opera no en lo que es sino en lo que puede ser. Dentro de esta etapa muchos psicopedagogos debaten sobre la posibilidad de que todas las personas, sin excepción, accedan a este nivel.
En las tres primeras etapas de desarrollo, el aprendizaje está estrechamente unido al mundo físico, a lo concreto. La fase de las operaciones formales depende más bien de la práctica y la experiencia. Incluso Piaget sostenía que la mayoría de los adultos se basaban en el pensamiento de las acciones concretas y que solo en algunos casos, ahí donde los intereses y la experiencia se los permitía, trascendían al nivel del pensamiento de las operaciones formales.
Aunque está en debate quienes y a partir de qué condiciones alcanzan la cuarta etapa explicada por Piaget o tal cual aspecto de su teoría –situación normal en todo caso debido a lo enormemente complejo del tema y lo desarrollado de su teoría–, lo que es cierto es que sus ideas revolucionaron el estudio de la mente humana, particularmente en sus primeras etapas. La teoría de Piaget y la de Vigotsky son prácticamente dos caras de la misma moneda aunque este último tomó el materialismo histórico como base de toda su teoría.
Más de medio siglo después Jean Piaget es considerado uno de los más grandes científicos del siglo XX. La teoría cognitiva del conocimiento es tan importante para la psicología como la teoría de la relatividad para la física moderna.
Pese a la profundización en el estudio de la psicología, las ideas fundamentales de Piaget se mantienen vigentes. Algunos investigadores en este terreno han llegado a la conclusión de que finalmente parece ser que los niños eran más inteligentes de lo que Piaget propuso. Si esto fuera así –tesis que aún se mantienen en debate–, lo que está claro a final de cuentas es que la idea central de Piaget radica en el hecho de establecer que los hombres no tienen límites intelectuales, y que aunque sus conocimientos se desarrollan a partir de procesos internos, esto sería imposible sin el medio externo.
Una sociedad sin clases sociales, basada en la igualdad y la fraternidad, establecerá las condiciones para que cada individuo desarrolle y explote su capacidad intelectual a niveles insospechados. Los Einstein y los Mozart bajo una sociedad socialista no serían la excepción, sino la regla.
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